Cuando las piezas encajan o no….

Un puzle es una gran herramienta a lo largo del desarrollo de nuestra vida, ya que nos ayudan muchas veces a realizar esquemas que nuestra mente necesita para poder comprender este mundo complejo en el que vivimos. 

Los niños podrían desarrollar de esta forma todas sus capacidades cognitivas mediante un soporte lúdico.

Pero… ¿cómo hacer que encajen todas las piezas?

Mediante la estimulación temprana, trabajaremos nuestro desarrollo cognitivo y sensorial, tan importante, para que en las demás etapas de la infancia, se den de manera correcta.

En la primera edad, solemos estimular los cinco sentidos. Sobre todo, el tacto ya que los bebes manipulan el objeto con las manos y lo llevarían a su fuente de información, en este caso la boca. Y sucedería lo mismo, con los demás con los demás sentidos vista oído y gusto. 

Para estimular el sonido y a la vista, usaríamos un sonajero de colores vivos, que al pequeño le pueda atraer y lo llevara a su punto de información, tanto boca como al oído. 

Así los peques, por sí mismos inician el proceso de interrelación. Es por ello por lo que estimulamos su desarrollo cognitivo con juguetes cada vez más complejos, con objeto de que exista un correcto equilibrio entre su inteligencia y su desarrollo físico.

Sin embargo, los rompecabezas, son un juego perfecto o imprescindible, para el desarrollo de los esquemas mentales una vez que nos hacemos mayores. Ya que es un juego valido para todas las etapas de nuestra vida, ya que nos ayuda muchas veces a ordenar nuestra cabeza, de una manera transversal. 

Con ellos aprenderemos el aprendizaje secuencial, trabajaremos la lógica matemática, la creatividad, la resolución de problemas, la coordinación, el espacio, la psicomotricidad fina, la agilidad mental, el ingenio, la lateralidad y el desarrollo de los dos hemisferios del cerebro.

También fomenta la tranquilidad, la soledad o la sociabilidad y el lenguaje, el trabajo en equipo (según como se de nuestro juego). Y sobre todo mejora la capacidad de la concentración, la memoria, la paciencia, la capacidad de observación y detalle. 

También trabajamos la autoestima, la autonomía y la frustración, muy importante, para el trabajo en gestión de emociones. 

Nosotros siempre os recomendamos el respeto de la evolución de cada niño en su juego, ya que muchas veces sin quererlo, podemos llegar a un sobre estimulo temprano a la edad que no corresponde o, todo lo contrario. Les estimulamos, pero vemos que el niño no avanza como queremos o no le estimula en demasía. Por eso es importante elegir el puzle adecuado en el numero de piezas, mas que en la recomendación de edad (que es un baremo). 

Además, hay un montón de variedad, desde los de tacto, de madera, de cartón, imantados, de sticks, cubos, con relieve, tridimensionales, kilométricos, de visión aumentada, evolutivos …y para todas las edades…

“¡Mamáaaa, esta pieza no encaja. No hay manera de terminar este puzle ¿Me ayudas?

Pero peque, si vas muy bien …haber solo te falta …piensa, piensa… ¡las dos piezas del iglú! 

¿Pero dónde están? No las veo…

-Has mirado debajo de la alfombra…

Ah, si …je je je ¡estaban aquí!

Ahora ya nos podemos poner las gafas mágicas y ver todos los secretos escondidos en los cuatro puzles, ¿A que parecen reales? –  Eh, Nico

Si …parece que ese oso polar me quiere dar un abrazo, ¡ja ja ja!”

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